El rey encontró una turba reunida en el patio esa mañana.
El dragón mata a placer, quema nuestras casas, se come a los niños. Estamos hartos. Queremos su cabeza.
Y se encontró al caballero capaz de matarlo, pero cuando, moribundo, pidio negociar, el rey decidio darle una oportunidad.
Y todo fué bien... durante un tiempo.
Me voy a tomar la pequeña licencia de hacer este relato en tres fragmentos, porque me resulta imposible contarlo con solo 55 palabras, asi que lo he dividido intentando que cada uno se pueda leer por separado, aunque sean pensados para leerse como uno solo.
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