-Papá, ya no me sientan bien las
fiestas, ni el botellón, ni trasnochar. ¿Qué pasa?
-Cosas de la edad, hijo. Te haces
viejo. Son casi las doce de la noche. En nada te sentarás en una
terraza con el café y el periódico.
El señor Domingo sonrió, mientras su
hijo Sábado luchaba contra la resaca.
1 comentario:
si te pones a pensar, que putada ser sabado, siempre de fiesta y sabiendo que luego siempre te espera la resaca de tu vida :D
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