lunes, enero 22, 2007

Al toque de claxon...

Un claxon me despertó como todos los días. Ducha, afeitado y desayuno. Otro claxon, me reclaman en la puerta. En la fábrica la sirena anuncia el retorno a casa. Ducha, cena y cama. Un murmullo de claxon y acelerones me arrullan hasta dejarme dormido. Un claxon… comienza un nuevo día.

7 comentarios:

Ana Durá Gómez dijo...

Estuvo divertido, original, nunca pensé que los ruidos de la ciudad pudieran inspirar algo así.


bye

Anónimo dijo...

El mar es una diosa. Una madre, vital, profunda, protectora. Una esposa, celosa, inquieta, fiel, que oculta su cabellera bajo un enorme velo que llega hasta la orilla transformándose en espuma, atormentada por un amante que reclama hora tras hora,todos los días. Por eso los que se ahogan en el mar son generalmente, hombres.

Anónimo dijo...

Giró su rostro a la izquierda, y no estaba, empezó a voltear lentamente a la derecha, cuando una súbita sensación de temor cruzó su mente, si, temor de no encontrarlo, de haberlo perdido para siempre.
¿Cuándo empecé a perderlo? ¿Cuándo supe de su ausencia?.
¡Dios mío, que al girar lo vuelva ver!
-Hola mi amor-

Anónimo dijo...

Estoy de vacaciones, sentado frente al mar, miro las gaviotas, miro los cangrejitos como se meten en su agujero, uff, hace mucho calor y mi piel está roja. Uuuuy, pobre cangrejito que tontito, ¿es que no se dio cuenta?, ese gato se lo comió en un tras!!!. ¿Gato? Qué hace un gato en la playa!!.

Anónimo dijo...

Helpman por favor, en el relato El mar es una diosa...etc..etc dice inquieta, fiel. Debería decir inquieta, INFIEL. Por favor cámbiala antes de publicarla... y tu blogs sigue pa..lante.
FELICITACIONES!!

Anónimo dijo...

Os contaré una historia…… Hace bastante tiempo, decidí que de mayor sería rico, tendría muchos hijos, un gran coche y que al morirme dejaría una gran herencia a mi prolífica descendencia… y ahora …… me doy cuenta que lo único que hace falta para ser alguien en la vida es conseguir ser feliz. Como yo.

Anónimo dijo...

Toña, tu mirada me hace bien, hurgas en lo profundo de mi ser, me desnudas sin estarlo, me deslumbras, me alimentas, me satisfaces. Haces al tiempo detenerse, y que todo, alrededor de tus ojos, se desvanezca. Y me obligas a desearte, a buscar en tus ojos la esencia de…. -¡Cállate quieres!, solo mírame… y bésame-

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