Había salido de fiesta con los amigos y habían bebido bastante, pero él controlaba.
Tarareaba cuando algo le sacudió. El mundo le dio vueltas y se sumió en la oscuridad.
Había tenido un accidente.
Temía soledad en ese momento, pero no iría sólo, los cuatro ocupantes del vehículo al que embistió de frente le acompañarían.
En recuerdo a las victimas de accidentes de tráfico. Ten cabeza al volante, no la pierdas.
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