8 AM. En el contestador, un mensaje: su jefe le despedía. Al lado, un sobre: su mujer le abandonaba. En la televisión sus padres estaban entre las víctimas de un atentado.
Se despertó. Era un sueño.
Eran las 8 AM. La luz roja del contestador y un sobre junto a él le asustaron. No encendió la televisión.
martes, noviembre 14, 2006
Mañana para olvidar
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1 comentario:
Al igual que todos los días, se sentó en el sillón y comenzó a perderse entre mares de teclas y píxels. Pero este día iba a ser diferente, pues entre pestañas, marcadores y páginas, encontró algo que le llamó la atención. Se dijo a sí mismo: “Quiero escribir”, se relajó, tomó aire, y de repente…
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